Dulce muy típico de la Semana Santa y Cuaresma que endulza a quien lo prueba.
En un cazo, pon la leche junto a la rama de canela y la piel de limón y ponla a aromatizar hasta que hierva. Cuando lo haga retírala del fuego y la cuelas.
Mientras la leche se está calentando, corta el pan en rebanadas de unos 2 cm de grosor.
Una vez tengas la leche colada y haya enfriado un poco, remojas en ella las rebanadas de pan, las rebozas en los huevos batidos y seguidamente las fríes en abundante aceite.
Sobre un plato con papel de cocina, ves dejando las rebanadas fritas para que vayan soltando el exceso de aceite.
Una vez enfriadas un poco, las emplatas y les pones por encima azúcar y canela en polvo.